La arena y arcilla (silios) se usan para fabricar ladrillos y hormigón; son un material refractario que permite trabajar a altas temperaturas. Al acidificar el ortosilio de silicio se obtiene un precipitado gelatinoso de sílice (sílica gel) que se emplea como agente desecante, soporte para alizadores, cromatografía y aislante térmico.